Cada
año desde 2019, entre 3 y 5 alumnos de 4º ESO y 1º Bachillerato participan en
este tipo de movilidades, acogiendo durante un trimestre a un alumno francés y
viajando a su vez a cursar otro trimestre allí.
Conchi
Ibáñez, Jefa del Departamento de Francés, es la coordinadora de este tipo de
movilidades, que conllevan una cooperación exhaustiva entre ambos centros
educativos, pero que posibilitan a los alumnos una verdadera inmersión en el
sistema escolar, la cultura y la vida diaria de otro país.
Marion
Morales López, de 4º AX, ha pasado el primer trimestre del curso en Cholet,
Francia, gracias a las Movilidades de Larga Duración de nuestra Acreditación
Erasmus+. A su vez, acogió a Emma Brial de abril a junio del curso pasado. Nos
cuenta su experiencia.
MI EXPERIENCIA ERASMUS+ EN FRANCIA
Para
mí, esta experiencia de Erasmus+ en Francia ha sido un verdadero crecimiento
personal, enfrentando retos cada día. Los días, el olor, los colores del
paisaje, la gastronomía, los horarios, el clima… Todo era diferente a España,
pero no por ello peor, simplemente distinto. Hay que conocerlo y vivirlo para
entenderlo.
No
es lo mismo escuchar un audio en francés en clase que sumergirse en el idioma y
la cultura, rodeada de olores y sensaciones que lo hacen único. Al final, me
sorprendí cantando el himno francés y desayunando croissants casi a diario. Ha
sido una experiencia maravillosa que volvería a repetir.
La
familia que me acogió fue encantadora, y sé que tengo en Francia un hogar al
que siempre podré volver. Me han querido, los he querido, y sé que en cualquier
momento puedo regresar a verlos. También es curioso y divertido acoger a
alguien desconocido en casa que habla otro idioma. Ver cómo evolucionaba en su
idioma, ayudarle y ver cómo avanza fue algo que me gustó. Al final, nos hicimos
amigas y esa conexión hizo que la experiencia fuera aún más genial. Uno de los
momentos más divertidos fue ver su cara al probar nuestra comida. Decía
educadamente “Claro, quiero probarlo”,
pero en su expresión se notaba la cara de “tierra,
trágame” por enfrentarse a algo completamente nuevo, como comer gazpachos.
Me partía de risa viéndola flipar, pero he de decir que a mí me pasó lo mismo
con su comida. Al final, le encantaron los gazpachos y otros platos que no
conocía, como el chorizo y el lomo, que probó por primera vez aquí.
Recomiendo
esta experiencia a todo el mundo. Hay que ir, hay que atreverse, hay que
vivirlo, salir, descubrir y enfrentarse a lo desconocido. La vida es bonita
cuando aprendemos a caminar solos, porque así es como realmente vamos
creciendo. Pues eso, ¡atreveos!
Marion
Morales López
No hay comentarios:
Publicar un comentario