En el Día de la Madre, queremos publicar en el blog este artículo tan precioso que una madre Erasmus nos ha mandado para la Okupa.
¡Muchas gracias, Paqui!
De lo que
no hay ninguna duda, es que sin familias de acogida no habría Erasmus.
Y
nuestras familias yeclanas son increíbles, únicas e inimitables. Es que lo dan
todo, son más hospitalarias que nadie, reciben con alegría y les abren su
corazón y sus casas a chic@s de toda Europa.
Aquí
nadie pasa hambre, eso es así. No tendremos playa, pero jamón, gachasmigas,
tortilla de patata, empanadas, arroz y conejo…no nos faltan.
En esta
edición de la Okupa, hemos invitado a Paqui, la madre de Pablo y Gonzalo, a que
nos cuente algunas de sus aventuras como madre-Erasmus, y, así como es ella,
enseguida nos dijo que sí.
Paqui,
muchas gracias por lo bien que tratas siempre a todos tus hijos europeos, eres
una madraza española de medalla de oro, y por eso siempre vuelven a verte.
Begoña
Castillo, Coordinadora Erasmus + Educación Escolar
Experiencia
Erasmus
Para empezar
a contar esta experiencia tengo que nombrar a Noah, Loan, Edgar, Pinja, Nea, Zoe,
Giovanni, Tiffany y sobre todo a Axel y Raphaëlle que son todos los niños que
han pasado por casa y que además se convirtieron en Familia, porque sí con
algunos de ellos desde el minuto cero hay algo que nos une de por vida, sabes
que llegan a tu vida para quedarse y sabes cuando se van que volverán a casa y… (volvieron para semana Santa y San Isidro…).
Y que además
tus hijos tienen de repente familia en Suecia, familia en Francia y hasta en
Finlandia porque si la experiencia es ENRIQUECEDORA en mayúsculas es un
intercambio intercultural brutal en este caso para Pablo y Gonzalo que son mis hijos.
Para los papás que nos convertimos en la familia de acogida también, resulta
todo una experiencia o mejor dicho una vivencia además de unirnos con las otras
familias de acogida yeclanas y compartir comidas, cenas y crear una amistad
para siempre, los chicos también propician esa amistad con las familias extranjeras
y hacen posible que también se creen esos lazos de amistad.
Es una
prueba de tolerancia, de respeto y a veces todo resulta muy sencillo a pesar de
la barrera del idioma “qué fácil es entenderse cuando hay voluntad por ambas
partes” y es qué se comparte todo
por unos días o unos meses …se convive como una autentica familia con todo lo
que ello conlleva y desde luego cuanto se aprende de ellos de otras costumbres
y culturas, porque la comida al menos en mi casa que es lo que más nos preocupa
a las mamás que coman bien desde luego con una buena paella, macarrones o una
tortilla de patatas ya deja de ser un problema porque ves que comer comen y ya
no se van a morir de hambre jajaja.
Recomiendo
la experiencia al 100% y aunque no todas las experiencias son iguales cuando se
da esa afinidad y complicidad resulta todo tan fácil que parece mágico … además
de todo se aprende y hay veces que hay que dejar que la vida te sorprenda.
Quiero
aprovechar y agradecer a sus profesoras toda la dedicación, esfuerzo y trabajo
que hacen posible estos proyectos Erasmus y todo el cariño con el que tratan a
nuestros hijos.
Francisca
Andrés Martínez