Entre el 21 y el 27 de octubre, un grupo de 10
alumnos y alumnas de nuestro instituto, junto con los profesores María José
Moreno y Marc Giménez, se desplazaron a la ciudad alemana de Kamenz (a unos 40
km de Dresde) para llevar a cabo la primera movilidad del proyecto Erasmus+ que
estamos desarrollando junto con el instituto Gotthold-Ephraim-Lessing de dicha
ciudad.
A pesar de llevar ya un tiempo en contacto, la
primera impresión al verse en persona fue paralizante. ¡Eran alemanes! ¡E iban
a pasar unos días en sus casas, con esos padres tan altos! La primera noche,
los profesores enviamos un whatsapp para ver qué tal había ido el encuentro:
contestaron 8 de los 10. La cosa iba bien.
El día siguiente, tras la correspondiente
bienvenida –en español, con mejor intención que acierto- hubo actividades de
las denominadas ice-breaking (rompiendo el hielo): tuvieron la idea de realizar
una serie de competiciones deportivas y, mira por dónde, eligieron el voleibol
como una de ellas: gran error, qué lección dieron las nuestras.
El objetivo del proyecto es profundizar en el
conocimiento de la identidad europea, por lo que durante los primeros días se
llevaron a cabo diversas actividades en el instituto relacionadas con dicho
fin: presentaciones de las respectivas ciudades e institutos, comparación de
rutinas diarias, decoración de una bolsa de compra con motivos europeos, elaboración
y degustación de dulces típicos de Navidad…en fin, se pusieron de manifiesto
las similitudes y diferencias entre nuestras culturas, viéndose claramente un
sustrato común.

El punto fuerte tuvo lugar el fin de semana, que
cada familia dedicó a lo que creyó oportuno. Visitas a lugares emblemáticos,
fiestas de cumpleaños, paseos por los alrededores y sobre todo muchos juegos de
mesa (y de consola) en casa, que a otra cosa no invitaba el tiempo. Nuestros
alumnos aprovecharon muy bien la estancia con las familias, y por primera vez
en 5 años no se quejaron de la comida. Una de dos: o les habían dado pizza
todas las noches o realmente les gustó lo que les dieron.
Mientras, los profesores fuimos acompañados por
nuestros colegas alemanes a disfrutar de una visita a las ciudades de Dresde y
Leipzig, ambas importantes, con mucha historia y mucha vida en las calles.
El lunes, a las 4 de la madrugada, un minibús
recogía a 10 criaturas somnolientas para llevarlas al aeropuerto de Berlín,
destino Valencia y Yecla. Con la satisfacción de haber sobrevivido a una semana
que, en principio, suponía un reto para adolescentes de 13 años. Desde estas
líneas, los profesores queremos dejar constancia del buen comportamiento, de la
buena relación tanto con sus correspondientes alemanes como en grupo, del buen
trabajo, de las buenas caras cuando les pedíamos que dejaran el móvil. Nos lo
han puesto muy fácil, y desde aquí agradecemos también el trabajo de sus
familias porque la educación que han mostrado es mayoritariamente gracias a
ellas.
Así que, ¡ya les esperamos en Yecla!
María José Moreno Martín y Marc Giménez Gómez
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